En el camino del Adviento, a medida que la Navidad se acerca, la fe se convierte en nuestra brújula y la confianza en Dios, nuestro ancla.
San José es un testigo silencioso y poderoso de esta fe.
Ante circunstancias inesperadas y misteriosas, él no dudó, sino que confió en la palabra de Dios, acogiendo a María y al niño Jesús en su vida.
Su obediencia humilde y su protección amorosa son un modelo para nosotros.
Esta ficha nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fe y cómo respondemos a los planes de Dios.
San José, el hombre justo y fiel, modelo de confianza en Dios.
Al encender la cuarta vela de nuestra Corona de Adviento, la vela de la Fe, recordamos la obediencia y la confianza de San José en la providencia divina.
"El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes de que ellos se unieran, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. José, su marido, como era justo y no quería exponerla a vergüenza pública, se propuso repudiarla en secreto. Pero mientras pensaba en esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque lo que en ella ha sido engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»"
— Mateo 1, 18-21
San José, siendo un "hombre justo", enfrentó una situación desconcertante.
¿Cómo me comporto yo cuando los planes de Dios no coinciden con los míos o cuando la vida me presenta situaciones inesperadas?
El ángel le dijo a José: "No temas".
¿Qué miedos o inseguridades me impiden confiar plenamente en la voluntad de Dios para mi vida?
¿De qué manera puedo imitar la obediencia y la prontitud de San José para acoger y proteger los dones que Dios me confía? …
¿Qué dones me ha confiado Dios a mí? …
Busco en mi familia, mi comunidad, mis amistades, mi trabajo
¿Cómo la fe en la providencia de Dios me da paz y seguridad, incluso cuando no entiendo el "porqué" de las cosas?
Oh, San José, modelo de fe y confianza, ruega por nosotros.
Enséñanos a escuchar la voz de Dios en los sueños y en la realidad de cada día.
Ayúdanos a no temer cuando los caminos de Dios son misteriosos, sino a con-fiar plenamente en su amor y su providencia.
Que, como tú, sepamos acoger a Jesús en nuestras vidas y protegerlo con amor y fidelidad.
Amén.
Oraré por una situación en mi vida en la que necesite confiar más en Dios y buscaré una oportunidad para ser apoyo o "protección" para alguien en mi entorno, a ejemplo de San José.
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